miércoles, 12 de octubre de 2011

No hice nada, y siento que debo pedir perdón.


Siempre había visto este día como un día glorioso para España, era un día para sentirse orgulloso, o eso me decían los que me rodeaban, pues yo solo era un niño. Recordaba las historias del pasado y me emocionaba recreándolas: “aquellos valientes aventureros que se montaron en tres carabelas, pasando por mil y una adversidades cruzando el océano atlántico, al fin llegaron y descubrieron América. Paraíso de los paraísos, donde los nativos recibieron con los brazos abiertos a los colonizadores, ofreciéndoles oro y plata con tal de que los evangelizaran y los occidentalizaran, pues los pobrecitos vivían como salvajes y se tapaban con taparrabos. Así fue la conquista de América. Bueno, de las indias, pobre Cristóbal Colón que murió sin saber que había descubierto un nuevo continente. Poco a poco otros grandes conquistadores como Francisco Pizarro o Hernán Cortés se fueron abriendo paso como héroes para ofrecer al gran Imperio Español nuevas tierras…”

Conforme fui creciendo empecé a ser más crítico con todos aquellos dogmas de fe que me habían hecho aprender, la primera en caer fue la religión, pero esa es otra historia. El problema es que yo seguía sin cuestionar la conquista de América y hasta los quince seguí emocionándome al oír hablar de los valientes conquistadores. Fue a esa edad, en clase de historia, cuando nuestro profesor nos hizo una pregunta: “¿Sabéis qué pasó en 1492?”, obviamente todos contestamos prácticamente al unísono: “el descubrimiento de América”. “¡No!”, contestó, y se dirigió a la pizarra y dibujó ocho guiones “_ _ _ _ _ _ _ _”, “decidme letras o una palabra que quepa aquí”, “la B”, “no”, “la N”, “sí”, “la i”, “sí”, “I N _ _ _ I _ N”, y como un rayo me aventuré a gritar: “¡¡INVASIÓN!!”, la verdad es que tampoco había sido un lumbreras, pues la palabra estaba prácticamente escrita, pero el azar hizo que yo fuera el primero en decir esa palabra, “invasión”, y el rápido “¡sí, correcto!” de mi profesor hizo que se me quedara retumbando en mi cabeza, grabándose a fuego en mis neuronas, “invasión”, “la invasión de América”, hasta ese día siempre había visto ese hecho histórico de una manera positiva, pero ese día todo cambió, la palabra “invasión” no era para nada positiva, “invadir” no era un verbo con el que se hacían amigos, nada tenía que ver con el “colonizar” que tantas veces me habían repetido y que parecía inofensivo.

Pasaron los años, y pese a no ver con los mismos ojos aquello que comenzó el 12 de octubre de 1492, no le di mucha importancia. La suerte, el destino o mi empeño en conocer el mundo hizo que me desplazara a Sudamérica a estudiar; hace hoy poco más de dos meses que me encuentro en Lima, Perú, y ya he tenido mis discusiones, siempre en broma, tocando el tema de la invasión por parte de los españoles del “nuevo mundo” con mis amigos latinos (bueno, latinoamericanos, porque no vamos ahora a discutir quién es más latino que quien). El tema es que por una parte tienen razón, los españoles vinieron aquí a robar, saquear, violar, destruir, quemar, imponer, evangelizar, en definitiva, a invadir América; y eso hace que yo me sienta en parte avergonzado pues, aunque yo no sea muy patriota, en mi pasaporte (como me suelen decir ellos) sí que pone que soy español. Pero siempre les contesto lo mismo, “¡¡acaso estaba yo aquí, que yo no hice nada!!”. (Todo esto hay que entenderlo en un contexto de amistad y mientras bromeamos).

El tema es que he pasado de sentirme orgulloso a sentirme avergonzado por las barbaries que “mis antepasados”, suponiendo que alguno fuera un conquistador lo cual dudo bastante, hicieron en estas tierras; pero de lo que más me avergüenzo es de que el supuesto día más importante de España sea este día, el 12 de octubre, seguro que hay días en el año de sobra para celebrar cosas más importantes e igualmente sentirse orgullosos de ser españoles como el 29 de septiembre, nacimiento de Miguel de Cervantes, o el 13 de abril, mi cumpleaños. Por estas razones hoy, 12 de octubre de 2011, no voy a celebrar nada, pues no hay nada que celebrar.

****************************************************************************
Aprovecho para anunciar que en breve distribuiré mis entradas en diferentes blogs que he creado con diferentes temáticas. No obstante este blog seguirá en uso aunque solo tendrán cabida las reflexiones (como esta) y los cuentos del rincón literario. No obstante se podrá acceder a cualquiera de mis blogs desde un blog central del cual os adelanto el nombre: "Filosofía Pirata". Aunque aun no está visible.
Un saludo, David Alcora.
****************************************************************************

3 comentarios:

  1. Me gusta... Empiezo a seguirte... elgritadero.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Como supongo que has leido ya en el mail que te envié, me gusta la iniciativa que has empezado te deseo un éxito que seguro tendrás y espero noticias sobretodo en el blog de "BotasNómadas".

    Con este último escrito comparto totalmente la crítica que realizas. No es algo de lo que me siento especialmente orgulloso, lo que hicieron "nuestros antepasados" no es justificable. Como bien dices "invadir" no es un verbo con el que se hace amigos. Es una época un tanto oscura para España casi tanto como la etapa de la inquisición.

    Pues nada, me despido hasta la próxima o hasta el próximo e-mail. Un abrazo.

    ResponderEliminar