viernes, 2 de septiembre de 2011

Estimada Soledad.

Hoy publico un texto que escribí hace ya algunos años. Lo publico en la lengua original en la que fue escrito, en mi lengua materna. Más abajo encontrarás la versión castellana.

Estimada Soledat: 

T’escric a tu perquè ets l’únic que em queda. Saps de sobra qui sóc, per tant sobren les presentacions. Vaig a contar-te com vaig arribar ací i per què, després de tant de temps junts, t’he de deixar. 

Vaig acudir a tu perquè la meua família m’odia, però no els culpe, ja que era la meua intenció. Sé que en el passat he comés molts delictes, però si he fet mal era per evitar un dolor més fort. 

Primer vaig començar amb la meua dona. Ja feia temps que no teníem una bona relació. Jo l’estimava molt, era tot pera mi, però ja havia pres una decisió, havia de separar-me d’ella i que damunt m’odiara, m’odiara tant que ella fins i tot poguera desitjar no tornar-me a vore. Jo sabia que ella mai em perdonaria la infidelitat; jo no pretenia ser-li infidel, només fingir-lo. 

Tots els dies agarrava el cotxe i passava dos o tres hores dins d’ell, tot sol, en un camí apartat del poble; després arribava a casa i fingia borratxera, altres dies dormia en el cotxe, tot per donar a entendre que estava fent coses “poc” legals. 

Els meus fills també s’adonaven del que passava, però és més difícil fer que t’odien persones que t’han apreciat tant. Aleshores vaig haver de prendre també alguna mesura amb els meus fills. Vaig haver de canviar la meua actitud. Vaig haver de passar, de ser un pare tendre a una bestia inhumana, havia d’aconseguir que m’odiaren a mort. 

Mai fins aquell moment els havia ficat la mà damunt, sé que la injustícia no es perdona així com així. 

També li vaig pegar a ella. Res important, però prou perquè em tinguera temor. Fins i tot la vaig amenaçar. 

Poc va tardar la carta amb una ordre d’allunyament. Ja ho havia aconseguit, era el que esperava, el meu propòsit. Tot el món estava en contra meua. Era odiat per tots. Si me n’anava ja no em trobarien a faltar. 

Vaig aprofitar l’ocasió per marxar. Abans de res ja havia arreglat tots els comptes del banc i li havia deixat la cartilla plena, amb prous diners perquè poguera traure endavant la família sense cap dificultat. 

Feia ja més de sis mesos que havia començat amb aquella actitud prepotent. Tot el món creia que me n’havia anat amb alguna amant. I ningú es va equivocar, va ser en aquell moment quan et vaig conéixer. 

Ara me acomiade de tu també, però a tu no et vull mentir. Et deixe per la mateixa raó que vaig deixar la meua dona, però en tu és diferent, sé que tu no ploraràs per mi. Per això et conte la veritat: 

Fa ara set mesos que em van diagnosticar una malaltia terminal. Segons el metge, feia més d’un any que ja la patia, però encara no s’havia manifestat. Em va dir que em quedaven cinc mesos de vida. Sé que segurament aquesta siga la meua última nit ja que del meu cos està quasi tot paralitzat, i si no em mor per la malaltia moriré per deshidratació, ja que les cames les tinc inútils i no em puc menejar. Volia suïcidar-me, però a l’únic que les meues mans arribaven era a aquest paper i a un llapis. 

Sé que si ara estiguera amb la meua família estarien tots al meu voltant, plorant per mi. Sé que el seu sofriment s’haguera perllongat molt més enllà de la meua mort. Em pareixia una actitud egoista i vaig preferir desaparèixer de la manera que fóra menys dolorosa per a ells. Reconec que no va ser la millor forma, però ara ells sé que ja m’hauran oblidat. Era la meua fi. 

Tot el que he fet ho he fet per amor a la meua família. Deixant de banda el meu sofriment. Ara ja s’acaba. Podré deixar de plorar. 

Adéu Soledat.


*****************************************************************************
VERSIÓN EN CASTELLANO


Estimada Soledad:

Te escribo a ti ya que eres lo único que me queda. Sabes de sobra quien soy, por lo tanto sobran las presentaciones. Voy a contarte cómo llegué aquí y por qué, después de tanto tiempo juntos, te tengo que dejar.

Primero empecé con mi mujer. Ya hacía tiempo que no teníamos una buena relación. Yo la quería mucho, era todo para mí, pero ya había tomado una decisión, tenía que separarme de ella y que encima me odiara, me odiara tanto que incluso pudiera desear no volver a verme. Yo sabía que ella nunca me perdonaría la infidelidad; yo no pretendía serle infiel, sólo fingirlo.

Todos los días cogía el coche y pasaba dos o tres horas dentro de él, solo, en un camino apartado del pueblo; después llegaba a casa y fingía que estaba borracho, otros días dormía en el coche, todo para darle a entender que estaba haciendo cosas “poco” legales.

Mis hijos también se estaban dando cuenta de lo que pasaba, pero es más difícil hacer que te odien personas que te han querido tanto. Entonces tuve que tomar alguna medida con ellos. Tuve que cambiar mi actitud. Tuve que pasar de ser un padre tierno a una bestia inhumana, tenía que conseguir que me odiaran a muerte.

Nunca les había puesto la mano encima antes de ese momento, sé que la injusticia no se perdona así como así.

También le pegué a ella. Nada importante, pero lo bastante para que me tuviera miedo. Incluso la amenacé.
Poco tardó la carta con una orden de alejamiento. Ya lo había conseguido, era lo que esperaba, mi propósito. Todo el mundo estaba en contra mía. Era odiado por todos. Si me iba ya no me echarían en falta.

Aproveché la ocasión para marchar. Antes de nada ya había arreglado todas las cuentas del banco y le había dejado la cartilla llena, con suficiente dinero para que pudiera sacar en adelante la familia sin ninguna dificultad.

Hacía ya más de seis meses que había empezado con aquella actitud prepotente. Todo el mundo creía que me había ido con alguna amante. Y nadie se equivocó, fue en ese momento cuando te conocí.

Ahora me despediré de ti también, pero a ti no te quiero mentir. Te dejo por la misma razón por la que dejé a mi mujer, pero contigo es diferente, sé que tú no llorarás por mí. Por eso te cuento la verdad:

Hace ya siete meses que me diagnosticaron una enfermedad terminal. Según el médico, hacía más de un año que la padecía, pero aun no se había manifestado. Me dijo que me quedaban cinco meses de vida. Sé que seguramente ésta sea mi última noche ya que mi cuerpo está prácticamente paralizado, y si no me muero por la enfermedad moriré por deshidratación, ya que las piernas las tengo inútiles y no me puedo mover. Quería suicidarme, pero a lo único que mis manos llegaban era a este papel y a este lápiz.

Sé que si ahora estuviera con mi familia estarían todos alrededor mío, llorando por mí. Sé que el sufrimiento se hubiera prolongado en el tiempo mucho más allá de mi muerte. Me parecía una actitud egoísta y preferí desaparecer de la manera que fuera menos dolorosa para ellos. Reconozco que no fue la mejor manera, pero ahora ellos sé que ya me habrán olvidado. Era mi finalidad.

Todo lo que he hecho lo he hecho por amor a mi familia. Dejando a un lado mi sufrimiento. Ahora ya se acaba. Podré dejar de llorar.

Adiós Soledad. 

4 comentarios:

  1. Pobre hombre...su muerte me parece igual de triste que los últimos meses de su vida. Está buena la historia; pero ¿qué necesidad había de golpear a la mujer y a los hijos? sobre todo a la mujer. Hay otras maneras de alejar a la gente que amas y hacer que te odien. No quiero pensar que se trata de tu subconsciente o de tus bajos instintos. Al margen de eso, me gustó! =)

    ResponderEliminar
  2. No todo lo que escribo tiene que ser una experiencia vivida, ;) Ni que esté de acuerdo con la decisión del personaje. Lo bueno que tiene la imaginación es que puedes ponerte en la piel del más cruel asesino y no por eso has de serlo. Es más, creo que los que hacen locuras por experimentar es por que no son capaces de imaginárselas.
    Un saludo y gracias por leerme!!

    ResponderEliminar
  3. Nunca creí que lo hayas experimentado, pero que lo imagines también me da miedo jajaja. Un saludo de vuelta y es un placer leerte!

    ResponderEliminar
  4. ...T-T...me encantó esta historia en su día y me sigue encantando ahora, lo tuyo es un don para la escritura...es una triste historia pero contada de forma entrañable o...no se como explicarlo... tristemente bonita

    un abrazo

    ResponderEliminar